miércoles, 25 de mayo de 2016

Textos para la vida... Kandinsky

“…Por otra parte, en el arte no existe la forma totalmente concreta. Es imposible reproducir exactamente una forma material: quiéralo o no, el artista depende de sus ojos y de sus manos, que en este caso son más artistas que su alma, que no persigue más que un objetivo fotográfico. El artista consciente, sin embargo, no se contenta con registrar el objeto material sino que intenta darle una expresión, lo que antiguamente se llamaba idealizar, más tarde estilizar y mañana se llamará de cualquier otra manera (27). En el arte la imposibilidad, y la inutilidad, de copiar el  objeto sin un fin concreto, y el afán de arrancarle una expresión, constituyen los puntos de partida desde los que el artista se propone objetivos puramente artísticos (es decir pictóricos), alejándose del aspecto literario del objeto.” 

Kandinsky, Wassily. De lo espiritual en el arte.

viernes, 22 de enero de 2016

Religión y Política... Lluís Duch

Lluís Duch "Religión y Política"

...Las relaciones entre lo religioso y lo político han marcado profundamente la historia de los pueblos... Para bien y para mal, las estructuras políticas de la religión interactúan, a menudo de incógnito, con las estructuras religiosas de la política, produciéndose una especie de trasvase de las significaciones y los términos políticos a la religión, y de las concreciones religiosas a la política.
Los sistemas religiosos, que siempre son concreciones limitadas y culturalmente determinadas de lo religioso, nunca se dan por satisfechos con la mera dirección de la «vida espiritual» de sus fieles, sino que también anhelan dominar la vida pública mediante, por ejemplo, legislaciones y normativas acordes con sus intereses particulares y grupales. Y, por su parte, lo político, siempre actualizado por mediación de políticas concretas, nunca se da por satisfecho con la simple administración de la «cosa pública», sino que, de una manera u otra, siempre quiere incidir e influir «religiosamente» sobre el foro íntimo de la conciencia de los individuos para administrarla y dominarla.
No se trata, por consiguiente, de una simple presencia de lo teológico-político en forma de mera yuxtaposición de lo teológico, por un lado, y de lo político, por el otro, sino de la coimplicación de ambos...