El director y crítico de arte Ben Lewis ahonda en el mercado del arte contemporáneo y la burbuja económica que se ha creado a su alrededor, especialmente durante lo que llevamos del siglo XXI. El mercado del arte contemporáneo está inmerso en una burbuja que no ha parado de crecer en los últimos años. Muchos inversores han usado las obras de nuevos autores como una forma de especular y conseguir así mayores beneficios económicos o conseguir disminuir sus impuestos. Durante el 2008 el comentarista de arte Ben Lewis intentó dar una respuesta a la espectacular subida que estaba experimentando el mercado del arte contemporáneo, recorrió las casas de subastas, galerías e incluso casas de grandes coleccionistas como José Mugrabi, que posee 800 obras firmadas por Andy Warhol. El clímax de esta burbuja -con precios récords durante los 5 años precedentes de obras de Andy Warhol, Francis Bacon y Mark Rothko- se alcanzó en septiembre del 2008, cuando el artista Damien Hirst vendió parte de sus obras en una subasta de Sotheby por 111 millones de libras -una cifra sin precedentes, y más para un artista vivo-. La increíble paradoja -e ironía- es que la subasta se desarrolló justo el mismo día -15 de septiembre 2008- que quebró la firma financiera Lehman Brothers, y con ella daba comienzo una gigantesca crisis económica mundial... que parece no afectar a este mercado repleto de nuevos valores en forma de arte.
Entre nombres, listas, reuniones, convocatorias, apuntes, datos, numeros.... trato de no de perder mi locura, como el respiro despues de nadar, como el sol en la mañana, como el agua cuando se tiene sed... como luz en la oscuridad...
Abstracción y Constructivismo: Continuidad y Ruptura de la Modernidad Latinoamericana
Durban Segnini Gallery, Miami, inaugura una espectacular muestra con 15 grandes maestros de la abstracción geométrica latinoamericana, celebrando sus más de dos décadas de trabajo en Estados Unidos
Pocas veces coinciden en una sola exposición obras y artistas, cuyas trayectorias son tan definitorias para la historia del arte contemporáneo latinoamericano. Este es el caso de “Abstracción y Constructivismo: Continuidad y Ruptura de la Modernidad Latinoamericana”, curada por el crítico de arte y ensayista Dennys Matos. Entre las 38 obras de pintura, dibujo, escultura y objetos se exhibirán obras nunca antes expuestas, conseguidas especialmente para la muestra, junto a otras exhibidas en muy pocas ocasiones. Una oportunidad única para, a través de una privilegiada selección de obras, conocer y disfrutar de la abstracción geométrica latinoamericana como la tendencia más influyente del arte latinoamericano del siglo XX.
La Galería Durban Segnini Miami inaugura una espectacular muestra con 15 grandes maestros de la abstracción geométrica latinoamericana: Carmelo Arden Quin, Carlos Cruz- Diez, Jesús Soto, Mateo Manaure, Manolo Vellojín, Eduardo Ramírez Villamizar, César Paternosto, Carlos Rojas, Omar Rayo, Fernando De Szyszlo, Fanny Sanín, Julio Le Parc, Omar Carreño, Raúl Lozza, y Gyula Kosice.
Con motivo de la exposición, además del catálogo bilingüe inglés-español, tendrá lugar el 14 de julio un conversatorio en la sede de la galería donde estarán presentes: el curador de la muestra Dennys Matos, Tobias Ostrander (Chef Curator del PAMM), Jorge Brioso (Profesor de Carleton College Minneapolis) y Jorge Gutiérrez (crítico de arte, curador y gestor cultural).
Concepto de la exposición
“Abstracción y Constructivismo: Continuidad y Ruptura de la Modernidad Latinoamericana” propone un reto para al espectador; consiste, según el curador Dennys Matos, en experimentar “cómo la poética de la abstracción en sus más diversas variantes latinoamericanas (su obsesión por organizar y construir espacios, por delinear nuevos volúmenes, por armonizar planos y puntos de concordancias imposibles, por estilizar el mundo material y espiritual, la naturaleza y hasta los sentimientos a través de caligrafías pictóricas, enigmáticas y repetitivas) responde a una percepción del proyecto de modernidad latinoamericano como un modelo esencialmente desestructurado. Un modelo donde los espacios, públicos y privados, políticos-económicos y socioculturales son percibidos como inestables y convulsos. Un modelo, cuyos estados nacionales y la formación de un sujeto democrático naufragan por las contradicciones entre una historia postcolonial no resuelta y el desarrollo vertiginoso de la empresa capitalista, provocando que el proyecto de modernidad latinoamericano viva entre “alumbrones” democráticos y “apagones” de utopías totalitarias fracasadas”. Es una reflexión a la que invita el curador de la muestra, a partir de un ordenamiento discursivo de las diferentes obras y autores que conforman la exposición.
Fecha: 10 de julio - 30 de octubre de 2015 Lugar: Durban Segnini Gallery, 3072 SW 38th AVE. Miami Inauguración: 10 de julio de 2015, 7 pm - 9 pm
Basurama, o cómo hacer arte con desechos
http://dw.de/p/1FiZr
EXPOSICIONES
Basurama, o cómo hacer arte con desechos
En el marco de la feria alemana de diseó y arquitectura Haushaltsmesse 2015, el colectivo español Basurama presenta sus proyectos relacionados con la producción masiva de basura real y virtual en la sociedad de consumo.
La gestión de los desechos es uno de los principales problemas de las sociedades actuales. Una directiva europea define residuo como “cualquier sustancia u objeto del cual su poseedor se desprenda o tenga la obligación o intención de desprenderse”. Según Eurostat, en 2010, la generación total de residuos por parte de las actividades económicas y los hogares ascendió a 2.570 millones de toneladas en la Unión Europea. A pesar de que el país que más basura produce es Alemania, con el 14,1% del total –supera ligeramente a Francia y el Reino Unido-, el que más residuos genera por habitante es Bulgaria -22 toneladas/habitante-, seguido de Luxemburgo -20,6 toneladas/habitante- y Finlandia -19,5 toneladas/habitante-.
La generación de desechos depende en gran medida de la actividad económica. Mientras que en países como Bulgaria, Finlandia o Estonia muchos de los residuos minerales proceden de las actividades extractivas, en otros Estados como Luxemburgo, la gran cantidad de basura generada puede atribuirse en gran medida a los residuos minerales de la construcción.
Haushaltsmesse 2015
Presente este año en la feria alemana Haushaltsmesse 2015: El arte de la organización y la economía doméstica en el siglo XXI que organiza la Bauhaus Dessau, el colectivo español Basurama propone al público hallar los residuos allí donde uno no esperaría encontrarlos, y para ello fomenta el estudio de la basura en todos sus formatos. “Con esta obra en Dessau nos preguntamos cómo podemos vivir más económica y felizmente en el siglo XXI”, explica Alberto Nanclares, miembro de Basurama.
La obra de Basurama imprime tweets que incluyen hashtags relacionados con el reciclaje.
“Hoy en día tenemos que cuidar nuestros residuos. Aunque buscamos hacer preguntas, pensamos que el arte no debe ofrecer respuestas, en contraposición al marketing, la publicidad o la propaganda, que en efecto mandan mensajes. Como el arte no puede mandar mensajes, no puede concienciar. No por una cuestión moral, sino por una cuestión de utilidad. Esperamos que cada persona que visite la muestra se haga sus propias preguntas y se lleve a casa sus reflexiones”, añade.
Consciente de los problemas que acarrea la producción masiva de residuos, Basurama centra su área de estudio y actuación en los procesos productivos, la generación de desechos que éstos implican y sus posibilidades creativas. En su obra tratan de mostrar la dualidad consumo/basura y sus repercusiones sociales y medioambientales, aclara Nanclares.
El colectivo español combina el desarrollo y exposición de artes visuales con la organización de talleres y ponencias. Después de haber puesto en marcha más de 100 proyectos desde sus oficinas de Madrid, Bilbao y Sao Paulo, ahora llega a la Haushaltsmesse de Dessau, donde compartirá espacio con otros colectivos internacionales. En el conjunto de edificios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, artistas procedentes de diferentes zonas de Alemania, Gran Bretaña, Austria, Macedonia, Grecia, Canadá o Ucrania expondrán sus proyectos domésticos hasta finales del mes de agosto. La feria Haushaltsmesse 2015 está patrocinada por la Kulturstiftung des Bundes de Halle (Fundación Federal Alemana de la Cultura) y la Bundeszentrale für politische Bildung (Agencia Federal de la Educación Cívica), con sede en Bonn.
El poder otorgado desde tiempos ancestrales a personas que darán buen uso del mismo, es un elemento popular muy habituado en el vocablo. Estos seres magníficos nos ayudaran creando armonía, paz, prosperidad, orden a cambio de una insignificante cosa...
Pese a su fragilidad, el patrimonio cultural inmaterial es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización. La comprensión del patrimonio cultural inmaterial de diferentes comunidades contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida.
La importancia del patrimonio cultural inmaterial no estriba en la manifestación cultural en sí, sino en el acervo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación. El valor social y económico de esta transmisión de conocimientos es pertinente para los grupos sociales tanto minoritarios como mayoritarios de un Estado, y reviste la misma importancia para los países en desarrollo que para los países desarrollados.
Infokit 2011 - “What is intangible cultural heritage?”
Tradicional, contemporáneo y viviente a un mismo tiempo: el patrimonio cultural inmaterial no solo incluye tradiciones heredadas del pasado, sino también usos rurales y urbanos contemporáneos característicos de diversos grupos culturales.
Integrador: podemos compartir expresiones del patrimonio cultural inmaterial que son parecidas a las de otros. Tanto si son de la aldea vecina como si provienen de una ciudad en las antípodas o han sido adaptadas por pueblos que han emigrado a otra región, todas forman parte del patrimonio cultural inmaterial: se han transmitido de generación en generación, han evolucionado en respuesta a su entorno y contribuyen a infundirnos un sentimiento de identidad y continuidad, creando un vínculo entre el pasado y el futuro a través del presente. El patrimonio cultural inmaterial no se presta a preguntas sobre la pertenencia de un determinado uso a una cultura, sino que contribuye a la cohesión social fomentando un sentimiento de identidad y responsabilidad que ayuda a los individuos a sentirse miembros de una o varias comunidades y de la sociedad en general.
Representativo: el patrimonio cultural inmaterial no se valora simplemente como un bien cultural, a título comparativo, por su exclusividad o valor excepcional. Florece en las comunidades y depende de aquéllos cuyos conocimientos de las tradiciones, técnicas y costumbres se transmiten al resto de la comunidad, de generación en generación, o a otras comunidades.
Basado en la comunidad: el patrimonio cultural inmaterial sólo puede serlo si es reconocido como tal por las comunidades, grupos o individuos que lo crean, mantienen y transmiten. Sin este reconocimiento, nadie puede decidir por ellos que una expresión o un uso determinado forma parte de su patrimonio.
Estudiantes del Art Center College of Design de Pasadena, California, se desconectaron del mundo digital para lograr procesos creativos análogos en Berlín. Descubrieron la ciudad y un lado creativo diferente.
Vivimos en un mundo donde internet es parte de nuestras vidas diarias, estar desconectado u “offline” resulta casi desconocido para las nuevas generaciones. La tecnología acompaña la mayor parte de nuestras actividades y vivir sin ella podría resultar inimaginable.
Un grupo de 12 estudiantes del Art Center College of Design, en California, Estados Unidos, realizaron un experimento en otoño de 2014. Los estudiantes llegaron como huéspedes al reconocido BIKINI Berlín. El proyecto se llama Berlin Unplugged y tuvo por objetivo enfocarse en el proceso creativo sin usar internet, trabajar con métodos analógicos y herramientas de uso inmediato.
Berlin Unplugged
El proyecto constó de dos partes, las primeras seis semanas fueron un “ramadan digital” en el cual los estudiantes no usaron internet, smartphones ni tecnología digital. Después vino la fase “OK computer” en la cual fue permitido utilizar herramientas digitales para complementar la presentación de algunos proyectos analógicos. “Cuando usaron de nuevo internet, lo hiceron con una perspectiva diferente, como diseñadores ellos encontraron que hay diferentes caminos y técnicas inmediatas que les permiten realizar diversas creaciones”, dice Nik Hafermaas, profesor y creador de Berlin Unplugged.
Los estudiantes no solo estuvieron en el estudio, también salieron a las calles y vivieron Berlín de forma desconectada. Para muchos fue complicado descubrir una ciudad cosmopolita sin el uso de su smartphone ni internet. Los estudiantes documentaron la ciudad de Berlín de forma análoga, reflejaron y grabaron sus experiencias.
“Yo creo que lo más vibrante de Berlin Unplugged fue conocer las voces contemporáneas y saber que no están limitadas por el mundo digital”, dice Hafermaas. Los estudiantes trabajaron con herramientas sencillas como plantillas, máquina de escribir, hilo de pescar, tejido de malla industrial, entre otros.
Desconectarse para crear
La idea de Berlin Unplugged consitió en dar un paso atrás en el uso de cualquier tipo de tecnología digital, crear arte y diseño a través de técnicas analógicas. “Las generaciones contemporáneas están acostumbradas a hacer casi todo en la computadora, y esto es particularmente cierto para los diseñadores. Una de las ideas era tratar de disminuir la necesidad de ser totalmente dependientes de la tecnología y ver lo creativo que se puede llegar a ser con materiales humildes y sencillos que están a nuestro alrededor”, dice Simon Johnston, profesor y Director de Imprenta de Diseño Gráfico en Art Center.
Fue una pregunta que nos hicimos a nosotros mismos, dice Nik Hafermaas, cómo es que la primera generación de nativos digitales actúan ante la ausencia de redes sociales y tecnología digital, porque estamos olvidando la experiencia de no usar tecnología. Para el profesor Hafermaas, ser un diseñador significa dejar tu zona de confort constantemente para conocer y sorprenderse.
En el proceso creativo, el azar y la casualidad juegan un papel muy importante, Berlin Unplugged trató de encontrar ese lado sorpresivo y de incertidumbre que a veces se llega a olvidar en el mundo digital. El proyecto buscaba saber si las habilidades y sensibilidades al momento de crear (de forma desconectada) podrían ampliarse, para después aplicar esa experiencia a la vida cotidiana, “un ayuno digital para mejorar nuestra curiosidad, nuestra salud y el ser, para reiniciar nuestros sentidos”, se lee en el Manifiesto del proyecto.
Online/ Offline
Simon Johnston explica que el proyecto no fue un ejercicio sobre la nostalgia del mundo desconectado, ni tampoco de estar en contra de la tecnología. “Lo que buscábamos era encontrar una pausa de la tecnología, tranquilizarnos y utilizar humildes herramientas tecnológicas, métodos y materiales para crear comunicación gráfica”, dice Simon Johnston.
“Hacer el trabajo de diseño sin una computadora cambia todo, se trabaja más lento y se tiene que dejar de lado el tipo de perfección que se obtiene con la tecnología. Fue muy bueno aplicar métodos que nunca había probado, amplié mis posibilidades creativas”, dice Caitlin Conlen, estudiante y participante del proyecto.
Estrés tecnológico
De acuerdo con Osvaldo Saldías, Project Manager en el Instituto para Internet y Sociedad (Institut für Internet und Gesellshaft), recientemente se ha diagnosticado el “estrés tecnológico”, el cual es el sentimiento de ansiedad debido a la sobreestimulación tecnológica. Para el especialista, esto está relacionado con Berlin Unplugged, “cuando se está bajo estrés, las aptitudes sensoriales disminuyen y no se aprecia lo que pasa a tu alrededor”.
¿Será a caso que la reducción del estrés tecnológico aumenta la capacidad cognitiva y analítica? Para Saldías es un tema que está en constante investigación, sin embargo “apagar el estrés tecnológico puede ser valioso para ver como reaccionamos, este proyecto puede extrapolarse a otros procesos sociales, porque estamos perdiendo destrezas y capacidades”.
Para Salim Chujfi, experto en telecomunicaciones, muchas organizaciones siguen creyendo que el mundo online es el mayor fenómeno de la evolución digital, sin embargo es necesario hacer un alto y considerar qué elementos se necesitan integrar del mundo offline, de manera que, conocimiento, creatividad y productividad se combinen de manera efectiva y ofrezcan un progreso real digital.
Resultados Unplugged
Al final y durante el proyecto los estudiantes se sientieron muy orgullosos por el hecho de que estaban desenchufados y crearon el Unplugged Manifiesto, “es una provocación que muestra la relación entre la realidad y la realidad sintética”, dice Hafermaas.
Para Simon Johnston la lección más importante fue que “tal vez tenemos que racionar nuestra dependencia de la tecnología digital”.
Los estudiantes llegaron a la conclusión de que si están constantemente en sus teléfonos digitales, se podrían perder de lo que pasa en el mundo offline. “Trabajar de forma análoga me llevó a tomar las cosas con más tranquilidad, pude sentarme y dejar que mi proyecto me llevara a donde quisiera ir, sin esperar un resultado específico. La paciencia es realmente una virtud, el arte no puede apresurarse”, afirma Angela Chu.
Para los participantes, Berlin Unplugged significó desconectarse para conectarse, abrir sus sentidos y ser creativo.
Nota encontrada en la siguiente pagina
http://creartika.com/el-arte-de-pintar-con-los-ojos-rotos/
El arte de pintar con los ojos rotos
Hace 27 años una enfermedad dejó ciego al pintor Ataúlfo Casado. Ahora, un documental narra cómo volvió a ponerse delante de un lienzo.
La lista, una pequeña hoja arrancada de una libreta, reposa sobre varias cajas de medicinas: azul cobalto, violeta permanente, verde cinabrio… Más de una docena de colores escritos a mano que la mayoría de mortales no puede identificar. ¿Cuántos sabrían explicar la diferencia entre un amarillo indio y un amarillo marte? Ataúlfo Casado(Navalagamella, Madrid, 1948) puede. Si le dejas, es capaz de pasarse horas enumerando todos los colores del pétalo aparentemente blanco de una flor. La pintura para Ataúlfo es una materia demasiado rica en matices como para ser encerrada en un solo adjetivo. Por eso atrapa a su interlocutor describiendo colores que el resto, aunque miremos, no vemos. Como habrán adivinado, Ataúlfo Casado es pintor. Y ciego.
“¿Tantos me faltan?”, responde cuando se le pregunta por el significado de esa lista, después de soltar una sonora carcajada. “Solo son los colores que se me han acabado. Pero antes de comprarlos debo esperar a cobrar un cuadro que vendí el otro día. Con la pensión, para todo no me da”. Sentados en su casa-estudio del castizo barrio de Lavapiés, y rodeados de varias de esas obras suyas ejecutadas desde el recuerdo, cuesta creer que el artista no pueda vivir de su trabajo. Y no por lo mucho que tiene de heroico pintar “con los ojos rotos”, sino porque viendo la calidad de los lienzos merecería poder hacerlo. “Cuando alguien me dice que le gustan mis cuadros pero no es verdad, pillo el engaño a la primera. Con la voz no se puede mentir, y menos a alguien que lleva casi tres décadas ciego”.
El día que Primavera Ruiz conoció a Ataúlfo (o Ata, como le llaman sus amigos), su voz resultó lo suficientemente sincera como para que este le abriera sin objeciones las puertas de su casa. Fue un amigo común quien los presentó. Primavera acababa de ver Intocable –aquella taquillera película francesa sobre la relación de un hombre inválido y su ayudante–, así que cuando supo que tenía la posibilidad de conocer un caso similar en Madrid, no se lo pensó dos veces. Pero la vida y obra del pintor le resultaron tan interesantes que al día siguiente de decirse hola por primera vez, esta realizadora madrileña de 30 años formada en Nueva York volvió para empezar a grabar Ata, pintando negro, película documental –todavía en fase de montaje– que contará el día a día de este artista único. “En un principio iba a ser un corto, pero por su generosidad y por la relación de amistad que se fue generando mientras rodábamos, decidí que tenía que ser un largo. La satisfacción que él obtiene al terminar un cuadro que nunca será capaz de ver me hizo sentir la necesidad de contar su historia”, explica. “Ata es feliz pensando que hace feliz a los demás con su arte y por eso espero que esta película llegue a mucha gente”. Ata, por supuesto, también. “Pero no porque me interese el éxito, a esta edad eso no importa, sino por ella”.
Sentados alrededor de la misma mesa, la complicidad entre directora y protagonista es tan sólida que se antoja una coraza. Nada más lejos de la realidad. “Todo el mundo debería conocerle”, cuenta Primavera. “Ata es una persona con mucha sabiduría, es amable y cariñoso y está siempre dispuesto a compartir su conocimiento y filosofía de vida con cualquiera que se tome el tiempo de escucharle. Creo que es un ejemplo y muestra de que hay maneras de superar las barreras y dificultades de la vida”.
Esto explica también su facilidad para encontrar personas que le ayuden a pintar obras como Cielo y Tierra, Eterno Poema, la serie de paisajes que expondrá en las próximas semanas. Hablamos de gente desinteresada como Kike, con el que aparece en la película, o Pablo, un vecino al que el artista guía con un sistema que parece más una receta de cocina que pintura. “Pido que me pongan los colores en la paleta usando como medida cucharas de distintos tamaños, de postre o soperas, y después yo los mezclo”, comenta Ata. “Pero la mano sobre el lienzo no me la guía nadie, ahí soy solo yo, salvo cuando tengo que pintar una línea recta. Un ciego no puede pintar eso. Tampoco un rostro o un pliegue. No puedo inventarlo, sería un necio si lo intentara. En mi condición tienes que irte a la abstracción. Por suerte, me formé en la naturaleza, que es el motivo que mejor se adapta a ese estilo”.
Cine documental y discapacidad
Aunque la película de ficciónIntocable fue el germen de Ata, pintando negro, Primavera Ruiz (en la foto, a la izquierda, junto a Rita Noriega, directora de Fotografía, ha seguido otros referentes a la hora de plantear la construcción de su documental que, por temática, estuvieran más cercanos al mensaje que quiere enviar. “Los principales han sido ‘El Sol del Membrillo’, de Víctor Erice, protagonizado por Antonio López; o ‘Gabor’, de Sebastián Alfié, sobre un director de fotografía que se queda ciego”. Este último, que precisamente ganó en la última edición de los premio Gaudí el galardón a la Mejor película documental de 2015, es solo el último de una larga lista de documentales que han explorado el proceso creativo de artistas discapacitados y que son un ejemplo de superación. Películas como ‘¿Qué tienes debajo del sombrero?’, producida por Julio Medem, sobre una escultora sorda y con síndrome de Down llamada Judith Scott a la que le llega el reconocimiento internacional después de vivir 36 años en una institución psiquiátrica; la argentina ‘Mundo Alas’, protagonizada por un grupo de músicos con distintas discapacidades que luchan por editar un disco; u ‘Otras voces’, sobre un joven de 21 años diagnosticado con el Síndrome de Asperger que quiere visitar el Museo Tintín de Bruselas.
Ata asegura también que no necesita hacer casting para encontrar escudero. “Nuestra relación empieza sin anuncios, es más bien una cosa del destino. Pablo, por ejemplo, es un vecino al que un día encontré en las escaleras y con el que me puse a hablar. Me contó que era estudiante de Bellas Artes pero que lo había dejado en el tercer curso, así que yo le pregunté si le gustaría retomar la pintura ayudándome en el estudio y aceptó. Ahora es imprescindible. El único requisito que mis ayudantes deben cumplir es que de verdad quieran hacerlo, porque dependo de las horas que tengan libres para venir a casa”.
Además de compromiso, esta simbiosis entre artista y ayudante también se nutre de confianza y pasión. Tanta, que en algún momento surgen los típicos desencuentros de cualquier proceso creativo a varias manos. “A veces tenemos que dejar un cuadro a la mitad unos días y luego retomarlo es complicado… En este último que estoy haciendo, por ejemplo, no recordaba qué colores había usado y empecé a emplear otros que a Pablo no le gustaban. Me dijo que la obra estaba tomando un rumbo distinto y se fue enfadado. Luego me confesó que no estaba molesto conmigo sino con la vida en general. Y yo le dije que no merecía la pena enfadarse por cosas tan pequeñas, que el mundo no se hunde y que hay que disfrutar haciendo lo que realmente te gusta. De hecho, eso es lo que desearía enseñar a todo el mundo, que la vida hay que vivirla en el momento, aprovechar lo que tienes ahora mismo porque mañana nunca sabes que te puede pasar”.
“La ceguera ha comenzado”
Ataúlfo no siempre vivió en la oscuridad. De sus primeros siete años de vida recuerda los intensos verdes de un prado que tenía su abuelo y, sobre todo, al maestro de escuela que le enseñó la diferencia entre ver, mirar y observar, “que aunque lo parezca, no es lo mismo”, apunta. Con once años entró de aprendiz en la Escuela de Artes y Oficios, en la calle de La Palma de Madrid. Allí sus profesores no tardaron en confesarle que eran incapaces de enseñarle nada más y le recomendaron que dejara las aulas para investigar nuevas técnicas plásticas en talleres de pintores profesionales. Gracias a eso logró un hito: convertirse en el copista del Museo del Prado más joven de la historia. Una carrera prodigiosa que se truncó de golpe. “Un 11 de febrero de hace 27 años. Ningún médico se atrevía a decirme que me pasaba…”, recuerda con tanta seguridad que asusta. “Había notado algo raro en mi vista y acudí a una consulta de oftalmología con un amigo que, después de las pruebas, se metió con el médico en un despacho a hablar mientras me entretenía una enfermera. Cuando salieron me acerqué al doctor y le pregunté qué pasaba. Pálido, me decía que no me preocupara. Mi amigo tiraba de mí para que nos fuéramos, pero como no soy nada partidario de los paños calientes, insistí. ¿Me iba a quedar ciego? Y llegó el veredicto: retinosis pigmentaria”.
Furia, rabia o tristeza son sentimientos que cualquiera sentiría si le diagnostican una enfermedad degenerativa como aquella. Sobre todo cuando los ojos son tu medio de vida. Ataúlfo no se pudo permitir ese lujo. “Tres días después, caminando con mi madre por la calle, alguien me preguntó la hora. Miré el reloj y al levantar la vista todo se volvió gris y borroso. En la ONCE me dijeron que lo normal es que la pérdida de visión sea más lenta, pero a mí los ojos se me rompieron de golpe. ‘La ceguera ha comenzado’, dije textualmente a mi madre. Ella no quiso creerlo. ‘¿Y por qué no?’, le contesté. Y la vida seguía, así que simplemente aproveché lo que tenía y la viví de otra manera”. Al principio probó a dibujar solo con tonos negros y blancos. Luego, cuando ya casi no veía, se pasó al mundo de la escultura y finalmente, cuando la oscuridad total llegó, simplemente abandonó y asumió que lo único que le quedaba era pasear.
Héroe a su pesar
Así fue durante más de una década hasta que algo le obligó a ponerse otra vez delante de un lienzo. “Lo necesitaba. ¿No asegura un dicho popular que con los bueyes que tengas tienes que arar? Pues eso es lo que hice. Mi primera ayudante fue la señora que venía a casa a limpiar y cuando tuve varios cuadros le pedí a un amigo que se llamaba Inocencio que viniera a verlos. Y quería la verdad. Así se lo advertí, recalcándole que no tuviera miedo a dañar mis sentimientos porque estuviera ciego. Cuando los vio me pidió que siguiera, que aquello era muy interesante. Y hasta ahora…”. Viendo el documental, se confirma que no hace falta el apoyo del sello Marvel para rodar una película de superhéroes. Término que, por cierto, no le convence nada. “Un héroe es alguien capaz de dar la vida por otra persona. Entiendo que a los demás la vida de un pintor ciego les parezca una heroicidad, pero en el ámbito personal, yo me veo una persona de lo más normal. Nada ha cambiado”.